En el proyecto Erasmus+ KA2 ENGood participan cuatro universidades europeas
La semana pasada echó a andar en Vigo el proyecto europeo Erasmus+ Engineering for Good: Including social perspective in engineering programs. Su objetivo es desarrollar un programa de capacitación que permita que, más allá de las cuestiones técnicas, las futuras ingenieras e ingenieros integren en su proceso formativo el análisis y evaluación de las implicaciones que las tecnologías que manejarán tendrán en la sociedad. Las implicaciones contempladas pueden ser tanto de índole política cómo económica o ambiental.
Se trata de un proyecto con una dotación económica de 400.000 euros, de los que unos 85.000 corresponden a la UVigo, y en el que participa junto con otras tres universidades europeas: la Universidad Tecnológica de Kaunas (Lituania), que coordina el proyecto, la Universidad de Ghent (Bélgica) y el Instituto Politécnico de Porto (Portugal).
Al largo de tres años se diseñará y se pondrá la prueba este programa de capacitación, que será una guía de trabajo capaz de aportar a las y a los futuros profesionales de la ingeniería las habilidades que necesitarán para realizar una revisión integral de cómo las nuevas tecnologías y su comercialización pueden influir a nivel personal, social, político o económico. También se realizarán actividades piloto en las universidades involucradas, así como una escuela de verano en Porto.
Docentes de la EET y Facultad de Educación y Trabajo Social
La coordinadora del proyecto en la UVigo es la investigadora de atlanTTic Verónica Santalla, del Grupo de sistemas de radio. Junto a ella participan docentes tanto de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación como de la Facultad de Educación y Trabajo Social del campus de Ourense. Santalla destaca la repercusión que tienen las nuevas tecnologías que van apareciendo y los problemas que surgen posteriormente a la hora de implantarlas en la sociedad. Como ejemplo, la inteligencia artificial, “una tecnología que puede ayudar mucho al avance de la sociedad, pero que tiene también ciertos peligros derivados de un mal uso, cuestiones sobre las que ya se empieza a legislar”.
El punto de partida del proyecto es el hecho de que en las escuelas de ingeniería los estudios están centrados en la formación técnica, obviando las consecuencias que se pueden derivar de la aplicación práctica de las tecnologías. La idea es que a medida que se esté desarrollando una tecnología se tengan en cuenta esas futuras aplicaciones en la sociedad y se pueda avisar a los legisladores, a las administraciones y a la sociedad en general de las consecuencias que puede tener “y, por lo tanto, estar preparados para hacerle frente y que no haya que hacerlo a posteriori”, remarca la coordinadora del proyecto en la UVigo.
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