Cuatro expertas acercaron su experiencia en la Jornada “Mujeres y Ciberseguridad”
En una sociedad cada vez más tecnológica, la ciberseguridad se consolida como un sector esencial que demanda constantemente profesionales especializados, con cifras oficiales que prevén que solo en España se van a necesitar 80.000 profesionales de este ámbito en los próximos años. Sin embargo, los avances en la digitalización no van acompañados de la reducción de la desigualdad de género en el campo de la ciberseguridad, con una baja presencia de mujeres tanto en el mercado laboral como en las titulaciones tecnológicas de acceso, copadas por los hombres. Para visibilizar a las mujeres que sí apostaron por esta profesión, el campus acogió este miércoles la Jornada “Mujeres y ciberseguridad”, una iniciativa organizada por Ana Fernández Vilas, directora del Máster Interuniversitario en Ciberseguridad (Munics), y por el profesor del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática y coordinador del título propio de Especialista en Ciberseguridad Industrial, José Ignacio Armesto. El encuentro permitió que cuatro expertas en este campo compartieran sus motivaciones y experiencias a lo largo de su recorrido profesional, y analizaran las causas de esta brecha de género y las posibles soluciones.
El acto de apertura, que se celebró en el edificio Miralles, contó con la presencia del rector de la Universidad de Vigo, Manuel Reigosa, y de la directora de Amtega, Mar Pereira. La jornada, realizada en modalidad presencial y online, fue moderada por la profesora Ana Fernández, coordinadora general del Munics de la Universidad de Vigo, y contó con la participación de Sara García Bécares, responsable del Diagnóstico de Talento en Ciberseguridad del Incibe, Instituto Nacional de Ciberseguridade; Esther Mateo, directora general de Seguridad, Procesos y Sistemas Corporativos de ADIF; Belén Pérez, CISO de Grupo Nueva Pescanova, y graduada de la Universidad de A Coruña y Susana Rey, de la oficina DPO del Grupo MasMovil.
El rector felicitó a las personas organizadoras por un evento “extraordinariamente interesante” que permite analizar “el déficit de igualdad en las carreras STEM”. Por su parte, la directora de Amtega recalcó que “ante una revolución digital como la que estamos viviendo, es una obligación de la sociedad que las mujeres jueguen un papel activo en igualdad de condiciones y que acerquen su talento” para construir “un contexto digital seguro y confiable para las personas y para las empresas”. Mar Pereira recordó que en el sector TIC europeo “solo tres de cada diez personas son mujeres y, en España, esto se reduce a la mitad” y “es una pérdida de talento para esta revolución tecnológica que tenemos por delante”.
Solo el 18% de las personas tituladas en ciberseguridad son mujeres
En su intervención, Sara García, responsable del Diagnóstico de Talento en Ciberseguridad del Incibe, explicó que existe una carencia, en general, de profesionales en este campo. “Ahora mismo harían falta cerca de 25.000 profesionales en España y esas cifras van a seguir creciendo porque no somos quien de formar tantos profesionales”, pero en estas titulaciones tecnológicas las mujeres son minoría, como se recoge en el Análisis y Diagnóstico del Talento en Ciberseguridad en España, un informe elaborado por Incibe y ONTSI y presentado la pasada semana. Las cifras son claras: solo el 18% de las personas tituladas en ciberseguridad son mujeres, “pero si atendemos a perfiles mixtos, como derecho y ciberseguridad, esa proporción se incrementa hasta casi el 50%, por lo que vemos que las mujeres están ahí pero no les llaman suficientemente las titulaciones estrictamente técnicas”. La parte buena, explicaba García, “es que estamos reduciendo la brecha, ya que el porcentaje de mujeres que optaron por estudiar carreras STEM aumentó 5 puntos porcentuales en 5 años, pasando de un 24% de mujeres matriculadas en el curso 2016-17, al 29% en 2019-20. El mismo sucede a nivel profesional, hace 5 años éramos un 15%, ahora estamos sobre el 30%”. Con todo, reconocía, ese porcentaje se reduce bastante en los puestos más tecnológicos y en los de dirección.
La clave está en la infancia
Sobre las causas de esta desigualdad, las cuatro expertas compartieron en que son múltiples y diversas, como una educación sin referentes femeninas, el desconocimiento sobre las oportunidades laborales, los estereotipos sobre la profesión y el mundo hacker, o el miedo a enfrentarse a un sector masculinizado.
Las cuatro participantes en el debate coincidieron en que el punto de inflexión para cambiar esta situación está en la infancia, “es necesario trabajar en los colegios, en las familias; en la universidad es ya tarde para generar vocaciones”. Para esto, varias de las participantes trabajan en programas de mentorización, como el InspiraSteam de la UVigo, para tratar de descubrir estas profesiones entre las más pequeñas. “Las niñas no pueden elegir algo que no conocen, y existe un gran desconocimiento de esta profesión y muchos estereotipos alrededor de ella”, explicaba Belén Pérez.
Las ponentes también incidieron en desmitificar la dificultad de las ingenierías. Recordaba Belén Pérez cómo las mujeres eran mayoría en la Facultad de Informática de Sevilla, situación que se revirtió automáticamente cuando el centro pasó a llamarse Escuela de Ingeniería Informática. “Tenemos que mostrarles a las niñas que son tan capaces como los demás”, recalcaba, a lo que Esther Mateo añadía que “las mujeres afrontan retos complicadísimos que asumen con naturalidad, pero a las ingenierías se les puso una etiqueta” que hay que eliminar. También recalcó que en el sector sanitario las mujeres representan el 90% del personal, “pero no somos capaces de trasladar la idea de que en ciberseguridad también se cura, de otros virus y con otras medicinas, pero es tan potente y tan útil para la sociedad como la medicina”.
Fuente: DUVI.